Abadía del Sacromonte

La Abadía del Sacromonte, junto con la Alhambra y la Catedral, constituyen el “triángulo” fundamental para comprender la realidad de la ciudad de Granada, y para disfrutarla.

Localizada en el monte de Valparaíso, sobre la ribera del río Darro y coronando el barrio al que dio nombre, la Abadía del Sacromonte es una institución con 400 años de historia. Durante siglos este impresionante lugar ha sido uno de los principales centros espirituales y culturales de toda Andalucía, localizado en un espacio natural de singular valor.

Hoy, en pleno siglo XXI, la Abadía del Sacromonte es un lugar vivo, que mira al futuro. Esta abadía es lugar de acogida y peregrinación, lugar donde vivir la experiencia cristiana, espacio de diálogo entre culturas y religiones, una institución donde se promueve la investigación y se genera cultura y arte, y donde se custodia una ingente riqueza de patrimonio histórico-documental y artístico.

La Abadía del Sacromonte es un destino turístico imprescindible en Granada: decenas de miles de personas la visitan cada año.

En estos momentos, a través de la Fundación Abadía del Sacromonte, se está impulsando un proceso de rehabilitación de aquellas zonas de la Abadía que están más deterioradas por el paso del tiempo. Pero, ante todo, la Fundación impulsa la vida religiosa y cultural de la Abadía, que es su razón de existir.

El momento de construcción

La historia de la Abadía del Sacromonte se remonta a finales del siglo XVI. En 1594, unos hornos de la época romana situados en el monte de Valparaíso, en los cuales se encontraron los restos de San Cecilio, primer obispo de la ciudad romana de Ilíberis (luego Granada), y de otros compañeros suyos que sufrieron martirio durante las persecuciones de Nerón.

El pueblo de Granada, inmediatamente que supo de los descubrimientos de los restos de los mártires, inició un movimiento masivo de peregrinación a este monte. Fue entonces cuando el obispo de Granada, el gran humanista Don Pedro de Castro, decidió la construcción de una Abadía.

San Cecilio

Los libros plúmbeos

Libros Plúmbeos

Entre los hallazgos más importantes, junto a los restos de san Cecilio y sus compañeros, destacan sin duda los llamados “libros plúmbeos”, escritos en planchas de plomo en un extraño árabe, que narran legendarias historias sobre los orígenes apostólicos y árabes del cristianismo en Granada.

Más allá de toda la controversia desatada en torno a la autenticidad de estos libros, su finalidad, en el contexto de la difícil convivencia entre los cristianos venidos del norte y la población morisca, era la de tratar de unir ambas comunidades, poniendo de manifiesto que el cristianismo había estado en esas tierras antes que el islam, pero que eso no podía ser motivo de desprecio de la población morisca y su cultura. Los textos de estos libros plúmbeos, presentaban una religión sincrética y, como era lógico, su contenido doctrinal fue desautorizado por la Santa Sede, pero su valor histórico y cultural permanecen como una riqueza incalculable de esta Abadía y de su vocación de diálogo y encuentro entre culturas y religiones.

La obra cultural y social de la abadía

Desde su inicio, la Abadía promovió, junto a la vida litúrgica y sacramental, numerosas actividades de índole social. El fundador ideó un colegio para la educación de la juventud que llegó a tener un desarrollo espléndido a lo largo del tiempo como colegio de teólogos y juristas, como facultad de derecho civil y eclesiástico y como centro de educación secundaria.

Alumnos de esta institución educativa desempeñaron responsabilidades importantes en el ámbito político, literario o científico español y latinoamericano: el escritor y diplomático Juan Varela, el historiador Aureliano Fernández-Guerra, y tantos otros. Los obispos de origen sacromontano son docenas en España y América.

A finales del siglo XIX el canónigo de la Abadía don Andrés Manjón (1846-1923), creó las Escuelas del Ave María, para la educación de los niños más pobres del Sacromonte y de Granada, especialmente los niños gitanos. Esta institución, continuó después por impulso de Manuel Medina Olmos (1869-1936) y Diego Ventaja Milán (1880-1936), quienes luegos serían obispos y mártires de Guadix y Almería respectivamente. De entre los miembros del Cabildo salieron 23 rectores de la Universidad de Granada.

«Una Abadía hecha para unir hombres y pueblos», por don Javier Martínez Fernández, Arzobispo de Granada